En la actualidad, estamos rodeados de objetos inteligentes, tecnología que se adapta a nuestras necesidades y facilita nuestra vida diaria. El objetivo del Internet de las Cosas, o IoT, es el de conectar estos objetos inteligentes con nosotros mismos.

En el sector de la construcción, podemos ver que el IoT es empleado en edificios inteligentes en forma de electrodomésticos, televisiones inteligentes, medidores de luz, energía, o calefacción inteligente. Esta nueva concepción de viviendas inteligentes, no solo permiten atender de forma efectiva las necesidades de las personas, sino que además puede ser de gran ayuda cuando hablamos de la accesibilidad de los edificios y su mejor adaptabilidad para personas con alguna discapacidad o con movilidad reducida.

En el caso de la rehabilitación de edificios existentes, es útil a la hora de mejorar la capacidad de adaptación de las edificaciones, reduciendo el consumo de tiempo y recursos; pero sobre todo con el alto grado de monitorización de variables que conlleva, nos permitirá tomar decisiones en tiempo real y automatizar éstas, de cara a conseguir un uso óptimo del edificio.

En España, ya son seis ciudades las que emplean redes de IoT; Barcelona, Bilbao, Sevilla, Málaga y Madrid.  Con ellas pueden controlar diversos dispositivos como semáforos, alumbrado, riego de jardines, contadores de gas y de agua, contenedores inteligentes, alarmas de incendio o parquímetros.

A pesar de que el IoT aún no se ha trasladado a la sociedad en general, para la Industria 4.0 y la Construcción 4.0 es un progreso, ya que permite reducir costes y problemas de espacio, conectar con diferentes gestores a la vez, y por otro lado, crear representaciones virtuales de edificios que mantengan una coherencia entre sistemas y pueda mejorar su gestión. Una parte muy importante dónde el IoT va a desplegar toda su fortaleza es en la gestión de los edificios, ya que se podrán automatizar todos los sistemas del mismo en función de la ocupación y de las variables externas.

Entre los retos que IoT debe afrontar los principales son el precio y la privacidad, ya que todo lo que implique información en internet, podrá ser utilizada por terceros. Además, la durabilidad de los dispositivos electrónicos, que tienden a quedarse obsoletos después de unos años, y los posibles efectos para la salud, ya que se desconoce con certeza como nos puede perjudicar estar rodeados de objetos con campos electromagnéticos.

El internet de las cosas es una revolución que puede cambiar la forma de relacionarse con los edificios. En CONTART 2018 podremos observar como van a ser los primeros pasos de la implantación del Internet de las Cosas (IoT) en los edificios españoles y cuáles van a ser los retos formativos para los técnicos en este aspecto.