Es uno de los argumentos más usados actualmente; tanto a nivel coloquial como en los canales de comunicación de marcas comerciales, y a la vez uno de los conceptos tratados con menos fidelidad respecto a su descripción académica. Así, se entiende por sostenibilidad, las características del desarrollo que asegura las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de futuras generaciones.La Sostenibilidad tiene diferentes enfoques, y no se entiende si no se contemplan todos juntos. Medioambiental, económica, o social, simplemente son alguno de esos enfoques.

La construcción es una actividad económica que debería tener en su ADN la sostenibilidad en sus productos y procesos por varias razones; pero básicamente porque además de ser tan necesario para habitar, trabajar y crear infraestructuras, se trata de crear elementos arquitectónicos que van a tener una larga vida durante la cual van a llevar asociados dos cargas que vamos a pagar nosotros y las futuras generaciones.
En primer lugar, están las toneladas de CO2 derivadas de la energía necesaria para climatizar, cocinar o iluminar durante el plazo de amortización del edificio, y por otra parte el residuo que deberá acoger la Tierra cuando deje de ser un edificio. Y si el primero podríamos cuantificarlo en el entorno de 75 años, el segundo es eterno. En segundo lugar, hablamos de la capacidad de gestión de residuos ya que empieza a preocupar seriamente.

Es muy común que se asocie erróneamente eficiencia energética con sostenibilidad. Puedes ser muy eficiente energéticamente y no ser nada sostenible. En cambio, si eres sostenible, forzosamente has de ser eficiente energéticamente. Es por ello muy importante que una construcción responsable tenga en cuenta los peajes que paga medioambientalmente para obtener determinados productos de construcción y los que dejará cuando dejen de ser productos de construcción. En la memoria reciente tenemos los casos del plomo o el amianto.

Por otra parte, el coste de acceso a la vivienda en España sigue exigiendo un nivel de esfuerzo muy alto; y esto hace que haya que hablar de otro concepto también en boga actualmente; la economía circular. Toda la actividad económica de la construcción debería de ser capaz de generar una relación de asociaciones entre promotor y usuario capaz de rotar dentro del mismo ámbito fiscal común. Ese esfuerzo ya es demasiado alto como para que termine una parte de ese valor fuera de España por productos o patentes que lo que sí nos dejarán al final del ciclo de vida en España serán los residuos; algunos poco rentables y difíciles de tratar.

Desde este punto de vista, materiales como el aluminio con rotura de puente térmico es uno de los materiales más sostenibles que se pueden usar en construcción.

  • Es eternamente reciclable; además su reciclado es muy rentable; lo cual garantiza que jamás será un residuo, y cada vez más barato. Si para generar una Tn de aluminio se necesitan 100 uds. de energía, para reciclarlo sólo hacen falta 5. Y así eternamente sin perder jamás características técnicas.
  • Su materia prima, la bauxita, es inagotable. Se trata del 2º elemento más abundante en la corteza terrestre.
  • Con rotura de Puente Térmico alcanza las prestaciones máximas para cumplir cualquier estándar de eficiencia.
  • Es resistente en caso de incendio y no emite emanaciones tóxicas en presencia de fuego.
  • Toda la cadena de valor genera riqueza en España. De las 4 R´s de reducir, reutilizar, reciclar, y reintroducir, el aluminio aporta actividad económica rentable en todas. Es el mejor aliado para una economía circular.
  • Es inocuo en cualquier condición de uso y no puede llegar a la cadena trófica.
  • La duración estimada se asocia a la duración del edificio, y las modernas series de carpintería de aluminio permiten actualizar las prestaciones sólo cambiando los vidrios si estos aumentaran sus cualidades en el futuro.

En ITESAL por ejemplo, ubicada en Pina de Ebro (Zaragoza), tanto por las fuentes de energía utilizadas como por el porcentaje de materia prima utilizada, y sus procesos altamente optimizados se consigue una huella de carbono por kg de aluminio expedido de sólo 0.094 Kg CO2/ Kg aluminio. Un aluminio que jamás va a terminar en un vertedero y que va a reditar su valor cada vez que se recicle en un nuevo uso. Liberando de residuos a las generaciones venideras.

En CONTART hablaremos de propuestas generosas con nuestros herederos en el buen uso del planeta. Y éstas, sólo pueden estar basadas en la sostenibilidad real; la medioambiental, la económica , y la social. Y en ese camino siempre estará ITESAL con los sistemas de ventanas y fachadas ligeras más eficientes.


Para más información contacte con ITESAL en:
Polígono Industrial C/G
50750 Pina de Ebro · Zaragoza
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